Un cuarto de siglo después, otra vez con túnica morada. Como aquella tarde de noviembre en que llegó desde San Andrés a su iglesia de Jesús Divino Obrero, en noviembre de 1991, para que lo recibiera su nueva hermandad de Amor. Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes, la imagen que legó de Cádiz en una historia única en el mundo de las hermandades, fue ayer en Vía Crucis hasta la Catedral de Córdoba, donde hubo una misa para recordar este aniversario. Le acompañaron su cofradía y sus muchos devotos del barrio del Cerro, que no dejaron al Señor solo. Tampoco lo hicieron muchos cofrades, que arroparon al cortejo sobre todo en los alrededores de la Catedral y el Puente Romano, en que la luz del atardecer dejó estampas de gran belleza. Hoy, como cada domingo de Cristo Rey, el Señor estará expuesto en besamanos en su iglesia.